Martín Chirino: Vientos. Un camino en espiral hacia el origen

17/06/2023 - 17/09/2023 10:00 - 19:00

La Fundación Martín Chirino ha programado, para los meses de junio a septiembre de 2023, la exposición “MARTÍN CHIRINO: VIENTOS. Un camino en espiral hacia el origen”.

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Ángel Ferrant dijo que “la naturalidad personal de Martín Chirino se transmitió a sus hierros, en los que no hay nada fingido. Suya y de ellos es la sencillez y la austera serenidad que los caracteriza: la efusiva expansión en que se distinguen”. El gesto escultórico de Chirino es (en la estela de Julio González) un “dibujo en el aire”, una expresión de fuerza y sensualidad, donde la continuidad espacial lleva a la mirada más allá de la estricta objetualidad. Recordemos obras ya clásicas de este escultor magistral como El carro (1957), perteneciente a lo que llamó “herramientas poéticas e inútiles” en las que establecía una meditación plástica sobre las formas de relacionarnos con la tierra y de conseguir una fertilidad imaginaria o la esencial Composición. Homenaje a El Lissitsky que le llevó a Maderuelo a establecer la analogía entre el expresionismo abstracto y su action painting con lo que calificó como “escultura de acción”. No es, sin embargo, meramente una emoción del gesto de golpear lo que se hace visible, sino el placer "táctil" de los plegamientos, la intensidad de la materia sometida a una búsqueda de la armonía. Chirino señaló, en “La reja y el arado”, un texto publicado en el número monográfico que Papeles de Son Armadans dedicó en 1959 a El Paso, que la inspiración está relacionada con las herramientas necesarias y humildes: “Mi escultura se aproxima más a las herramientas en sus orígenes. Está hermanada con el arado o la reja. Mi obra podría tener lo que esos instrumentos tienen de prolongación humana. Unen al hombre a la tierra en una armoniosa y necesaria tarea. Ella también –la escultura- va entrelazada con el espíritu humano en su dimensión más radical, la de los aperos... Están en consonancia con lo útil elevado a rango de símbolo. Los he buscado en el pueblo”.

En la estética de Martín Chirino es, sin ningún género de duda, fundamental la forma en espiral que evoca el viento. “En el año 59 –señala Martín Chirino- hice la primera espiral erguida, después de convivir con las formas espiraliformes durante toda mi infancia, descubriendo el viento en los rincones de mi tierra y en las culturas milenarias. La espiral es una concepción mítica, principio y fin de la vida. He forjado formas en espiral que, lógicamente, se han ido transformando en mi taller y poco a poco, han venido enriqueciendo su significado iniciático. Al principio eran vestigios, elementos de la naturaleza que descubrí en las culturas milenarias. Concepción mítica de principio y fin de la vida para los primeros hombres y mujeres de mis ancestros. La espiral hoy es, o puede ser, una galaxia, una estela, un sentimiento que ha pasado de lo físico a lo espiritual. Un gesto inquietante de origen oscuro, que emerge de la memoria de civilizaciones hoy olvidadas para convertirse en enseña de la antigua patria de estos pueblos y razas”. Cirlot reconstruye el símbolo de la espiral para concluir que en ella surge el intento por conciliar la rueda de las transformaciones con el centro místico y el motor inmóvil o, al menos, constituye una invitación a esta penetración hacia el interior del universo, esto es, en pos de su intimidad.

La exposición sobre las espirales de El Viento de Martín Chirino, presenta una veintena de sus obras que permiten apreciar la importancia de esas formas en toda su trayectoria. Conviene tener presente que la espiral, para este creador, remite a las islas en un doble sentido: es motivo iconográfico de la cultura aborigen, de las pinturas que se conservan en el Museo Canario, pero es también la consistencia del viento que tensa y comba las plantas, sus ramas, que riza las olas, que estalla contra las rocas.