22/05/2016

Martín Chirino nombrado Hijo Adoptivo de Morata de Tajuña

hijo adoptivo MorataEl escultor Martín Chirino (Las Palmas de Gran Canaria, 1925) fue investido el sábado, 21 de mayo, como Hijo Adoptivo de Morata de Tajuña, al sureste de Madrid, en una ceremonia presidida por el alcalde de la localidad, Ángel Sánchez Sacristán, en la sede del Ayuntamiento.

El artista grancanario reside desde hace 20 años en las inmediaciones de esta localidad del sureste de Madrid, en su Casa-taller de Valyunque, que, aunque situada en el colindante término municipal de Chinchón, le ha llevado a realizar su vida cotidiana en el más próximo casco urbano de Morata de Tajuña.

Hasta tal punto está emotiva y profesionalmente vinculado a ese término municipal, que le dedicó una escultura específica, ‘La Morateña’, dentro de su serie ‘Crónica del siglo XX’, una cabeza pensada para homenajear expresamente a la localidad, que ha estado presente en importantes exposiciones y eventos de muchas partes del mundo, sobre todo en diversos puntos del centro de Europa. Y, además, Chirino realizó un monumento de homenaje a la Solidaridad entre todos los Pueblos que se exhibe en el Municipio.

“Martín Chirino ha sido no sólo uno de nuestros más ilustres parroquianos, sino además el mejor embajador de Morata de Tajuña”, explica el Alcalde en la carta de tramitación del nuevo nombramiento. “La escultura de la Morateña es como una hija para mí, y en correspondencia con esta distinción que me hace el Ayuntamiento, debo decir que el compromiso es recíproco: Morata de Tajuña es mi Madre Adoptiva”, manifiesta el escultor grancanario.

Palabras de D. Ángel Sánchez Sacristán

Queridos convecinos y amigos: Como ya saben ustedes, la concesión del título de Hijo Adoptivo de Morata de Tajuña representa uno de los galardones de mayor rango institucional. No es una distinción que nos tomemos a la ligera. Sres., hoy por acuerdo unánime de los miembros de la Corporación, saldamos la deuda que teníamos con Don Martín Chirino al declararlo “Hijo Adoptivo del Municipio de Morata de Tajuña”. El ayuntamiento y estoy seguro que toda la población tratamos de devolver los numerosos gestos de generosidad y cariño que Chirino ha tenido con este municipio durante los ya 20 años que nos brinda con su vecindad.

De Chirino y de sus méritos profesionales, artísticos, ya, la crítica de arte y los especialistas han dicho cuanto cabía decir. Sin temor a equivocarme, creo que es uno de nuestros vecinos ilustres que más veces ha pronunciado el nombre de Morata fuera de nuestras fronteras, cada vez que ha tenido ocasión. Y no han sido pocas. Lo que hoy nos trae aquí es, precisamente, su calidad de embajador con mayúsculas de Morata de Tajuña allí donde se encuentre.

Chirino es un hombre tranquilo, cabal y tímido, a pesar de lo que alguien pueda presuponer por ser artista y por la simpatía y la gracia que desprende sobre los escenarios donde es entrevistado. Aunque ha superado los 90 años, puede presumir también de una envidiable energía y vitalidad. Ahora que lo estamos viendo, parece un 'chaval' de 36 años. Estoy plenamente convencido de que el secreto de su eterna juventud se resumen en su pasión por el arte, pues bien declara que “sin pasión no hay vida” y, por hacer algo de patria chica, por la calidad de vida de Morata de Tajuña.

Una buena parte de su trayectoria la ha desarrollado en y desde su taller vecino, del que tanto presume. Me atrevo a decir que nuestro pueblo, sus vecinos y sus amigos, han sido una de sus fuentes de inspiración, pues no tardó mucho en titular a una de sus esculturas más emblemáticas como “La Morateña”, de la que hizo varias versiones y mostró en los grandes templos del arte. Chirino ha paseado el nombre de Canarias allá por donde va. Pero también el nombre de su Morata de Tajuña. Es un morateño más, permanentemente implicado en los acontecimientos sociales, culturales y festivos de nuestro pueblo. Y no sólo su vinculación queda aquí, decirles que ha elegido a un morateño, nuestro vecino Jesús M. Castaño, como director de la reciente Fundación que lleva su nombre en Las Palmas de Gran Canaria.

En Morata de Tajuña lo hemos visto trabajando. Pero también lo hemos visto disfrutando, como un vecino más, en los restaurantes y en los negocios del municipio. Participa activamente en la vida social de su localidad, donde tiene muchísimos amigos. No es ni mucho menos uno de esos artistas distantes o creídos, sino que es un hombre cercano, humilde y amable.

Es frecuente verlo saboreando nuestra gastronomía en nuestros restaurantes. Su asistencia a misa semanalmente, procesiones y demás actos religiosos y culturales que celebramos en nuestro pueblo. Desde su posición de reconocido artista, ha invitado a nuestro pueblo a numerosos rostros conocidos, compañeros de su profesión, hombres de la vida política y cultural de nuestra historia más reciente, quienes han disfrutado del encanto de Morata de Tajuña. Sin temor a equivocarme, puedo decir que ha sido uno de nuestros mejores embajadores.

He querido resumir así la estrecha vinculación de Martín Chirino con nuestro pueblo, aunque me dejo mucho en el tintero. Como alcalde me resulta muy difícil reflejar en un simple discurso todos los sentimientos que tengo en un acto como el de hoy. Lo que hoy está sucediendo no es más que un acto de Justicia con uno de nuestros conciudadanos más reconocidos y, al mismo tiempo, más pegados a su tierra.

Querido Martín: Lo que el pueblo de Morata de Tajuña te ofrece hoy, y para siempre, es su gratitud y su cariño, su reconocimiento y su orgullo, todo ello, concentrado en esta insignia y este título del que te hacemos entrega.  Es para mí un completo honor como alcalde poder saludar a nuestro nuevo Hijo Adoptivo, un título ganado por derecho propio. A partir de hoy, querido Martín, tu nombre se une al pueblo de Morata de Tajuña.

Con esta concesión del título, Martín Chirino entra con todo merecimiento en el salón de los elegidos, en la historia con mayúsculas de Morata de Tajuña.

Palabras de D. Martín Chirino

Coincide esta distinción que ustedes me hacen hoy y que tanto me honra, con los veinte años exactos desde que me convertí en un morateño de adopción. Por más que el tango diga que “20 años no es nada”, para mí son muchos, muchísimos años, teniendo en cuenta que el martes que viene, sin ir más lejos, cumpliré 91 años de edad… En realidad, mi cumpleaños tendría que haber sido el lunes, como cada 1 de marzo, pero lo bueno que tienen los años bisiestos es que nos regalan un día más, y desde estas edades, créanme, un día más es todo un mundo: de actividad, de reflexión…

Decía el poeta Cesare Pavese que “la vejez es la más corta de las edades, porque nunca será por uno mismo rememorada”. Pero siguiendo con la letra otro tango, he de decir que yo no concibo esa razón… O, en todo caso, como diría el poeta chileno Gonzalo Rojas, en su discurso de recepción del premio Cervantes, al filo de convertirse en nonagenario, me siento un “Viejoven”, y Morata es una de las causas principales de ese sentimiento… Morata de Tajuña, que es mi casa pero también mi taller contiguo, significó un estímulo y una especie de resurrección en lo personal y en lo profesional, y el hecho de que ustedes me acojan hoy como “Hijo” hace honor a ese sentimiento; me concede el privilegio de nacer de nuevo… Pero lo de “Adoptivo” tiene una segunda lectura: Y es que en realidad mi Casa de Valyunque está situada en el término municipal de Chinchón, y, sin embargo, desde el primer día, adopté, justamente, el casco urbano de Morata de Tajuña para hacer mi vida de vecino y parroquiano… me hice, justamente, morateño de adopción.

Incluso, desde el primer minuto en que cambié mi antigua residencia del Norte por este Edén del Este de Madrid, concebí una escultura de mi serie Crónica del siglo XX como una cabeza pensada para homenajear a Morata…”La morateña” se llama esa pieza, que ha estado en importantes exposiciones y eventos de muchas partes del mundo, sobre todo del corazón europeo, como si fuese mi propia hija de adopción… Ciertamente, he paseado el nombre de Morata de Tajuña, con la forma de una parroquiana más, por muchas partes del mundo… Y hasta tal punto me he sentido morateño, que fue también en este Municipio donde alcé el monumento de homenaje a la Solidaridad entre todos los Pueblos…

Gracias por esta distinción que hoy me hacen, como Hijo Adoptivo de Morata de Tajuña, en una honra que para mí constituye un compromiso recíproco. Y no sólo a partir de hoy, sino desde hace 20 años. Lógicamente, en plena correspondencia, Morata de Tajuña es mi Madre Adoptiva.

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